En Pueblos-andaluces visitamos Almonaster la Real (Huelva).
Es una localidad onubense situada en pleno
corazón del Parque Natural de la Sierra de Aracena y los Picos de Aroche, a
unos 20 kilómetros de Aracena y a 100 kilómetros de la ciudad de Huelva. La
frontera portuguesa se encuentra a 40 kilómetros, aproximadamente. El municipio
tiene una extensión superficial de 321,9 kilómetros cuadrados y está 576 metros
sobre el nivel del mar. Su población, según el censo del año 2016, asciende a
1891 habitantes.
El gentilicio de sus vecinos es “almonasterense”. En su
término municipal se ubica el punto asfaltado más alto de la Provincia de
Huelva, en el Cerro de San Cristóbal, con 891 metros de altitud. En sus
alrededores predominan las dehesas y los bosques de encinas, alcornoques,
castaños y monte bajo. Su casco urbano está declarado como Bien de Interés
Cultural, destacando de manera especial la famosa ermita construida en el siglo
IX sobre los restos de una antigua basílica visigoda del siglo VI que ya poseía
una interesantes columnas romanas del siglo I y II. Es la única mezquita
andalusí que se ha conservado casi intacta en España. Almonaster la Real es uno
de los lugares más visitados en la sierra onubense por su riqueza patrimonial,
gastronómica y entorno privilegiado. Limita al Norte con Cortegana y Jabugo; al
Este, con Sta. Ana la Real, Alájar y Aracena; al Oeste, con Cortesana, Aroche y
el Cerro del Andévalo; al Sur, con El Campillo, Zalamea, El Cerro y Cortegana.
Las principales actividades económicas de Almonaster la Real han sido la
extracción de corcho y maderas, junto a la agricultura y la explotación del
cerdo ibérico. Igualmente a lo largo de su historia también ha estado marcada
por yacimientos mineros y en los últimos tiempos por el avance del turismo
rural. Actualmente Almonaster cuenta con 14 aldeas: Las Veredas, Gil Márquez, Arroyo,
Acebuches, Los Molares, La Canaleja, Escalada, Aguafría, Calabazares, Cueva de
la Mora, Mina Concepción, Patrás, Monteblanco y Estación de Almonaster.
Historia
Los orígenes de Almonaster la
Real se remontan a la Edad del Bronce, 3000 años antes de Cristo. Son numerosos
e interesantes los restos hallados en la necrópolis de Becerreros, al Sur del Municipio, y en la explotación minera de Monte Romero.
Pero sin duda la
principal fuente histórica nos proviene de la época romana. Según palabras del
profesor Luzón: los cimientos de la propia Villa de Almonaster se levantarían
sobre un yacimiento romano. Igualmente en las cercanías del castillo pueden
apreciarse numerosos sillares romanos, así como las columnas que podemos
contemplar en la basílica visigoda y que fueron reutilizados en la mezquita.
Según se desprende de algunos estudiosos la actual denominación de la villa
procedería del término árabe Al–munastyr, trascripción casi literal de su
anterior nombre latino monasterium. El primer documento escrito que nos
confirma de la existencia de Almonaster es del geógrafo árabe Abu Ubaid al
Bakri del año 822. En el año 1230 fue reconquistada, pasando a formar parte de
Portugal y posteriormente de Castilla. Alfonso X la entrega, junto con otras
poblaciones como Zalamea, al arzobispado de Sevilla, en 1279, donación
confirmada en 1286 por Sancho IV. Esta situación se prolonga hasta el siglo XVI
en que Gregorio XIII concede bula a Felipe II para enajenar bienes
eclesiásticos, entre los que se encontraba Almonaster, que será entregada al
príncipe de Salerno para saldar deudas. Cuando este intenta vender sus derechos
al marqués de Algaba, los vecinos apelan al rey para evitarlo, consiguiendo el
10 de mayo de 1583 que la villa quede en realengo, momento en que se le
incorpora la Real y queda incluida en el antiguo reino de Sevilla hasta que en
1822 pasa a formar parte de la provincia de Huelva. Su importante producción
minera llevó a superar los 9000 habitantes en las primeras décadas del siglo XX
hasta que el convulso comienzo de siglo con guerras, emigración y cambios
provocó la emigración. Los nuevos tiempos democráticos, la llegada de la
llamada sociedad del bienestar y el boom del turismo rural han hecho que
Almonaster vuelva a vivir nuevos tiempos de esperanza y prosperidad.
Monumento
y lugares de interés
El
Castillo
Es una construcción del siglo
IX que confirma la importancia de la villa como cabecera militar y fiscal
durante la época árabe. Según se puede confirmar en 1267 la población de
Almonaster vivía en el interior del castillo, según documento conservado en el
archivo de la catedral de Sevilla: “los omes buenos que moravan en Almonaster
nuestro castillo de nuestro término…”. Tras el comienzo de una época de decadencia
y abandono a partir de finales del siglo XV, es el el siglo XIX cuando se
aprovechan sus materiales para construir una Plaza de Toros en el antiguo patio
de armas. En la actualidad el recinto amurallado tiene un perímetro de 313
metros y forma poligonal irregular.
La Mezquita de Al – Munastyr
Tal como indicábamos al principio, se trata de la única mezquita andalusí
que se ha conservado casi intacta en España. Está declarada como B.I.C. y Monumento Nacional desde el 3 de junio de 1931. Se ubica en la parte más alta del cerro que
corona el Castillo. Se erigió durante el reinado de Abd al-Rahman III, siendo
utilizados los restos de una anterior iglesia visigoda que a su vez constaba de
elementos romanos.
Se reformó el mihrab y se amplió la mezquita levantando el pórtico y tal vez el aljibe; todo ello dentro de un estilo mudéjar (arcos rebajados y escarzados, ladrillo limpio) relacionado con el sevillano. En el S. XVI se realizó el campanario y se labró la sacristía y el porche, además de añadir ciertos detalles decorativos como los azulejos que adornan el escalón de entrada al presbiterio. Obras posteriores, ya en el S. XVIII, son la transformación del remate de la torre, la construcción del “cuarto de los moros” y la decoración de la cúpula del ábside. La mezquita tiene planta cuadrada, con sus ángulos notablemente deformados. Sus lados tienen similares dimensiones (10,7 por 11 metros en el interior) y su cota más alta en la parte norte, bajando progresivamente hacia el sur. El espesor de sus muros es variable y los materiales diversos, predominando la mampostería y el aparejo toledano, aunque también aparece el ladrillo y, en algunas zonas, el tapial o esquinales de grandes sillares graníticos. Conserva en su interior un conjunto interesantísimo de piezas arqueológicas de diferentes periodos y estilos: un ara funeraria romana; un epitafio paleocristiano; los restos del ara y del cancel de iconostasis de la antigua iglesia visigoda; un cimacio, datable entre el V el VII; un dintel visigodo, coronando la puerta de entrada; numerosos fustes y capiteles romanos; La Mezquita de Almonaster es un testimonio excepcional de las primeras obras islámicas de España. Conserva el carácter, tan difícil de encontrar, de una mezquita de ciudad pequeña, sobria, recogida y dotada de la sutil elegancia del periodo omeya, cuyo arte unió herencia clásica e influencia oriental. El empleo de materiales romanos y visigodos, el aparejo de ladrillo y la mampostería como recurso decorativo de gusto arcaico, el nicho de oración circular, el alminar con machón central, son indicios de la antigüedad de este singular edificio. Su ambiente arquitectónico se relaciona con las obras más antiguas del Islam Occidental, del Norte de África y de Al – Ándalus. Ni los avatares del paso del tiempo, ni los propios ataques de la naturaleza han podido con este singular monumento, emblema de Almonaster y origen y destino de culturas. Cada época impuso su sello y de cada época nos queda el recuerdo patente en sus viejas piedras perviviendo en nuestros días como un auténtico crisol de culturas, síntesis de toda la historia de este pueblo”. Sin duda es una de nuestras paradas obligatorias, a nuestro paso por la Sierra de Aracena.
.Iglesia Gótica Mudéjar de San
Martín
Es una construcción de principios del siglo
XIV que a lo largo del siglo siguiente se fue completando con una serie de
obras, bien encajadas en las anteriores, entre las que destacaría la Puerta del
Evangelio, hoy cegada, y de la Epístola encuadrada en estribos y alfiz, así
como un retablillo exterior de fino corte gótico mudéjar. En el primer tercio
del S. XVI se construyen el coro, la torre y la Puerta del Perdón, elemento
este último de evidente singularidad estilística en la arquitectura religiosa
de toda la zona. Consta de tres naves, separadas por arcos apuntados y peraltados,
sobre pilares cruciformes, con crucero asimétrico y ábside poligonal.
El templo está cubierto por una bóveda de cañón apuntado y esquifada en el ábside,
mientras que las cabeceras de las laterales son vaídas. A los pies del edificio
se sitúa el coro, que presenta unos merlones en el antepecho, curvilíneos unos,
escalonados otros, con azulejos. La torre, a los pies del último tramo de la
derecha, está construida a base de mampostería y ladrillo. En su estructura
destaca la portada de estilo manuelino portugués. El terremoto de Lisboa de
1755, afectó notablemente al edificio que tuvo que ser restaurado por el
arquitecto Pedro de Silva.
Ermita de Santa Eulalia
Según documento de principios del siglo XVII ya existía la Ermita de
Santa Eulalia en el término de la Dehesa de la Arguijuela, lugar al que iban en
procesión durante la Pascua de Pentecostés, las villas de Almonaster, Aracena y
Zalamea, entre otros pueblos de la serranía. En su estructura se conservan
restos romanos sobre los que probablemente se construiría la ermita a finales
del siglo XV o principios del XVI. Su morfología se enmarca en el ámbito de las
iglesias de arcos transversales de la sierra. El acceso a la ermita se realiza
a través de un porche barroco de arcos mixtilíneos que se prolonga por los
costados del edificio. De esta etapa, S. XVIII, sería también la espadaña de
dos cuerpos y la sacristía. Su espacio interior se define por tres ámbitos
rectangulares conectados por medio de arcos apuntados. Los dos primeros tramos son
más anchos que el tercero, donde se ubica el ábside de planta cuadrangular y
que constituiría el mausoleo romano, y al que se accede a través de un arco
triunfal, también apuntado. En este espacio aparece una bóveda de crucería
ojival de nervios diagonales en ladrillo que se cruzan en una clave central. La
bóveda está decorada con pinturas barrocas al fresco, del S. XVIII. En los
testeros del ábside aparecen una serie de pinturas murales de finales del siglo
XV o comienzos del siglo XVI, dentro del período gótico tardío. La obra al
fresco representa a Santa Eulalia y Santa Julita, en el testero frontal, con
San Jorge, Santa Leocadia, la Virgen con el Niño y San Miguel. En el testero de
la izquierda se representan escenas medievales y la figura de San Vicente, con
dos orantes a sus pies. En el testero de la derecha aparece una escena de
batalla con el apóstol Santiago a caballo, y en la otra a San Sebastián,
ataviado con arco y aljaba, con dos orantes a sus pies.
Ruinas
Ermita de San Sebastián
Se encuentra situada a las
afueras del pueblo, concretamente en el camino que iba a Cortegana y Aroche. Es
una construcción medieval que se reformó en el siglo XVI y de la que sólo se
conservan el ábside y algunos muros. El presbiterio es un volumen cúbico,
cubierto a cuatro aguas abierto al exterior por un arco de medio punto y dos
ventanas que aparecen en los costados. El interior está cubierto con una bóveda
vaída cuyos arcos descansan sobre cuatro ménsulas angulares de diseño
manierista.
Sirvió de capilla de cementerio
durante el S. XIX y parte del XX, hasta que se construyó el actual cementerio
municipal. En sus paredes aún pueden observarse huellas de nichos.
Ermita
del Señor
Está localizada a la salida de
Almonaster, concretamente junto al camino de Cortegana. Se trata de un pequeño
humilladero que tiene el nombre del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia,
desempeñando el papel del “Cristo del Buen Viaje”. Es de planta rectangular de
única nave formada por dos tramos de bóveda y pequeña sacristía. Está datada a
mediados del siglo XVII, aunque a lo largo de su historia ha sufrido diversas
reformas.
Capilla
de la Santísima Trinidad
Es una construcción de finales
del siglo XVIII que está ubicada en la plaza del Ayuntamiento. Es de trazado
irregular con elementos barrocos.
Consta de sacristía, púlpito y coro elevado. La
iluminación la proporcionan dos óculos tetralobulados y todo el interior está
encalado hasta en sus más mínimos detalles lo que confiere al edificio una
pureza arquitectónica difícilmente detectable en otros edificios barrocos. De
entre otras características, resalta la esbeltez de esta capilla, de planta tan
pequeña. La decoración del interior se reduce a unas pilas de agua bendita y a
varias puertas de cuarterones. El exterior del templo, aunque transparenta con
cierta fidelidad su disposición interna, no deja sospechar las irregularidades
de la planta. Hay que destacar la cornisa de la que arranca el pretil de la
cubierta y que corona todo el edificio, la puerta de acceso y la espadaña que
campea sobre la portada. El hueco de entrada está cubierto por un arco lobulado
y queda enmarcado por las pilastras toscanas de la portada. Consta de un
arquitrabe y un friso desmembrado, cornisa y frontón roto en cuyo tímpano se
aloja un azulejo enmarcado por unos recortes barrocos. Completan la portada
unos pináculos, típicos de fines del siglo XVIII, y algo más arriba aparece uno
de los óculos antes aludidos que dan luz al coro. La espadaña, de dos cuerpos
de la misma composición, aparece decorada por pilastras toscanas, arquillos de medio punto y sobre ellos una cornisa, dórica en el primero y toscana en el segundo. La coronan una veleta y cuatro remates cerámicos.
Asimismo en
nuestro recorrido por el casco histórico de Almonaster la Real, podemos
disfrutar de otras edificaciones singulares como la antigua Tenería del siglo
XIX o la Fuente del Concejo del siglo XVIII. También nos llama la atención la
Casa Palacio de D. Miguel Tenorio de Castilla del siglo XIX y otras casas
señoriales.
Las Palmeras
Casa rural
Gastronomía
La cocina de Almonaster la Real es rica y variada, basándose en
las recetas ancestrales que han pasado de generación en generación y en la
primera calidad de sus materias primas. El
rey de la mesa, al igual que en todo el Parque Natural Sierra de Aracena y
Picos de Aroche, sigue siendo el cerdo ibérico. El jamón ibérico, la caña de
lomo ibérica, así como todo tipo de carnes y sabrosas chacinas caseras, están
presentes en las cartas de bares y restaurantes. Otros platos singulares son el
guiso de pobre, los adobados y la sopa de olores. Igualmente en los postres
podemos disfrutar de las populares tortas del cura, rosas, magdalenas y el
queso de cabra con miel. Os dejamos con un Vídeo de nuestro paso por uno de los
restaurantes populares de Almonaster la Real.
Fiestas y tradiciones populares
Las Cruces de Mayo
La fiesta está declarada de
interés etnológico y está incluida
en el catálogo general de bienes
patrimoniales de Andalucía. Su historia se remonta a tiempos inmemoriales,
celebrándose en torno al primer domingo del mes de mayo. La gran rivalidad que
hay entre las dos hermandades de El Llano y la Fuente, hace que cada año se
engrandezca aún más la fiesta y que esté muy arraigada en el pueblo. Durante el
mes de abril se inician todos los preparativos con la confección de flores de
papel, arcos, jarrones, mantones y trajes de serrana, así como con los ensayos
de las coplas del romero y de los fandangos. El Domingo de Chubarba, último del
mes de abril, las hermandades van al campo a recoger la chubarba, arbusto
resistente que se utiliza para decorar el arco y las esquinas de la cruz. Por
la noche procesión cantando las coplas del Romero. La tarde las flores, el
sábado de Cruces, comienza la fiesta con la presentación de la Mayordoma y las
Diputadas. Por la noche de los pinos, ambas cruces se visitan entre salvas de
cohetes y fandangos de Los Pinos. El Domingo de Cruces, día grande de la fiesta
con las Coplas del Romero. Al día siguiente Lunes de Cruces con los más
pequeños de protagonistas y la Jira del último día, martes de Cruces, con
jornada campeera y regreso al pueblo con entrega a las nuevas mayordomías. Las
aldeas de Aguafría, las Veredas y Calabazares, también celebran la ancestral fiesta
de la Cruz entre el último fin de semana del mes de abril y el último fin de
semana del mes de mayo.
Romería
de Santa Eulalia. Es una de las fiestas más populares de la serranía, siendo una de
las más antiguas de España, según confirma un documento de 1606.
Se celebra en
torno al tercer sábado del mes de mayo, en la Ermita de Santa Eulalia ubicada a
unos 20 kilómetros de Almonaster. Tal como hemos indicado anteriormente, la
ermita se construyó en el siglo XV sobre los restos de un edificio funerario
romano del siglo I. El ritual de la fiesta es el siguiente: “El ritual se inicia con la celebración de
una novena en honor de la Santa, que finaliza el viernes con la Misa de las
Cargas. A primeras horas del sábado, al compás del tamboril y el fandango, se
congrega el Poleo, comitiva formada por las carrozas, el Simpecado y las
caballerías. Tras las vueltas de rigor, se enfila hacia la Ermita recogiendo
romeros procedentes de las aldeas de Almonaster y de toda la Comarca que se
incorporan a lo largo del camino y en las paradas de Calabazares y los
Arenales. Una vez llegados a la Dehesa de la Aguijuela se suceden los Actos
programados, actos ancestrales que otorgan a esta celebración un interés
etnográfico singular: rezos por fandangos en la Ermita, el Toro, la tarde del
río, donde “ ... entre tomillo y romero, con el rumor de fondo del Zancolí y el
Odiel, y al son de la flauta, el tambor y la guitarra, el fandango se hace
dueño de la tarde y llena con su cadencia el paisaje y el alma de los que se
acercan” ; el rosario por los alrededores de la Ermita, los fuegos, la noche en
la casa de la Hermandad, la Ronda de madrugada,... El domingo, Misa solemne,
Procesión de la Santa por el Real y cesión de mayordomías. El fandango ante la
imagen chiquita pone broche final a los actos religiosos. Cuando la tarde
declina, el Poleo inicia el regreso al pueblo”. Podemos clasificar los
fandangos de Almonaster en tres grupos: El Fandango de la Cruz, el Fandango de
Almonaster, propiamente dicho, también conocido como el de Santa Eulalia y el
Fandango aldeano. Los dos primeros grupos aparecen muy vinculados a dos
fiestas, las más señeras y tradicionales de Almonaster, fiestas de reconocido y
contrastado interés antropológico: la Cruz de Mayo y la Romería de Santa
Eulalia. El fandango aldeano, como su nombre indica, procede de las aldeas de Almonaster
y se vincula a otro tipo de celebraciones, mucho más familiares y cerradas.
Jornadas de Cultura Islámica. Se celebra en torno al día 12
de octubre y tiene por finalidad revivir el esplendor de la época andalusí de
Almonaster la Real. Durante varias jornadas puedes disfrutar de un marco
inigualable con la famosa Mezquita como centro neurálgico de todas las
actividades. Hay música, animación callejera y representaciones teatrales.
En el zoco y la morería encontrarás productos típicos árabes y a los artesanos
locales con sus productos. El pasacalles con danza del vientre es uno de los
momentos más colorista de la fiesta, destacando igualmente en simposio
internacional que se celebra en el salón de conferencias y que cada año está
dedicado a una figura de la época andalusí. También hay talleres, conciertos y
degustaciones gastronómicas. Si eres aficionado a la fotografía, también puedes
participar en el concurso fotográfico paralelo que se realiza durante las
jornadas de cultura islámica y que tiene
por finalidad promover el uso de las nuevas tecnológicas y las redes sociales. Las aldeas tienen sus propios festejos y las fiestas patronales de Almonaster son en el mes de agosto.
Naturaleza
El entorno natural de Almonaster la Real es toda una experiencia
para los sentidos.
Los accidentes geográficos que marcan su orografía están
condicionados por el río Odiel, la ribera de Escalada, la ribera de Olivargas,
la ribera de Almonaster y la ribera del río Caliente, además de pequeños arroyos.
Existe una gran variedad vegetal al ser un municipio bastante extenso, teniendo
en la zona septentrional a la dehesa como elemento más singular. Por tanto, la
oferta deportiva y de ocio que hay en sus alrededores es amplia. Numerosos
itinerarios ecológicos, rutas de senderismo y prácticas de deportes al aire
libre para todos los gustos. La Subida al Cerro de San Cristóbal es un sendero
señalizado que parte desde el mismo
pueblo y que nos conduce a la tercera cumbre del parque natural de Sierra de
Aracena y Picos de Aroche. Las extraordinarias vistas desde la cumbre a 917
metros de altitud, bien merecen el esfuerzo de la subida.
Recuerda que si te suscribes, puedes estar al tanto de todas
nuestras noticias. Para finalizar nuestro recorrido por las tierras de Almonaster
la Real y tal como es habitual en nuestras visitas por Andalucía, os dejamos
con un Vídeode Pueblos-andaluces. Gracias y saludos.